El arte de la higiene del sueño: consejos para noches tranquilas
Dormir es importante, y lo sabes. Pero a veces puede resultar difícil descansar lo necesario para dormir bien. Si a menudo te desvelas por la noche o te sientes cansado y agotado a la mañana siguiente, puede que se deba a tu higiene del sueño. Pero no te preocupes, tengo algunos consejos para ti sobre cómo mejorar tus hábitos de sueño y encontrar noches reparadoras.
Crea un ambiente agradable en tu dormitorio
Tu dormitorio debe ser un lugar de relajación. Asegúrate de que esté limpio, ordenado y bien ventilado. Presta atención a la temperatura de la habitación: no debe ser ni demasiado cálida ni demasiado fría, sino agradable y acogedora. Las cortinas o persianas oscuras pueden ayudar a evitar la luz molesta. Si es posible, aleja también las fuentes de ruido, como el tráfico rodado o los vecinos ruidosos. Un ambiente tranquilo en el dormitorio puede ayudarle a conciliar el sueño más rápidamente y a disfrutar de un sueño más profundo.
Pregúntese: ¿Cómo puedo diseñar mi dormitorio para crear una atmósfera relajante y acogedora?
Desarrolle un ritual personal para irse a dormir
Un ritual para irse a dormir puede hacer maravillas para preparar el cuerpo y la mente para el sueño. Averigua qué actividades te relajan y te tranquilizan. Pueden ser cosas como leer, darse un baño caliente o ligeros ejercicios de estiramiento. Se trata de crear una rutina que te ayude a dejar atrás el estrés y el ritmo frenético del día y a sintonizar con el sueño. Asegúrate de que tu ritual sea regular y tenga lugar más o menos a la misma hora todas las noches.
Pregúntate: ¿Qué actividades me ayudan más a calmarme y a conciliar el sueño?
Separa el trabajo y el sueño
Es tentador trabajar o atender llamadas de trabajo en la cama, sobre todo cuando tienes mucho que hacer. Pero esto puede afectar a la calidad de tu sueño. El cerebro asocia ciertos espacios con determinadas actividades. Cuando trabajas en la cama, envías señales contradictorias a tu cerebro y te resulta más difícil prepararte para dormir. Intente separar la zona de trabajo de la de sueño y asocie la cama sólo con el sueño. Esto ayudará a su cerebro a reconocer más claramente la diferencia entre trabajo y descanso.
Pregúntese: ¿Cómo puedo mantener mi cama como un lugar sagrado de descanso y relajación y no utilizarla para actividades laborales o de negocios?
Escucha a tu cuerpo
Es importante prestar atención a las señales de tu cuerpo. Duerme cuando estés cansado, no sólo porque sea hora de irse a la cama. Intenta seguir un horario de sueño regular que se ajuste a tu ciclo natural de sueño-vigilia. Esto significa que debe intentar acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Si deja que su cuerpo duerma de forma natural, se sentirá más descansado y con más energía.
Pregúntese: ¿Cómo puedo entender mejor mi cuerpo y adaptar mis hábitos de sueño a sus señales naturales?
Evita las comidas copiosas por la noche
Lo que comes y cuándo lo haces puede tener un gran impacto en tu sueño. Las comidas pesadas y grasientas por la noche pueden dificultar la digestión y causar malestar, lo que puede interrumpir el sueño. Intenta evitar las comidas pesadas por la noche y opta por opciones más ligeras. Coma unas dos o tres horas antes de acostarse para que su cuerpo tenga tiempo suficiente de digerir los alimentos antes de irse a dormir.
Pregúntese: ¿Qué comidas más ligeras puedo preparar por la noche para favorecer el sueño?
La higiene del sueño es una cuestión individual, y puede llevar algún tiempo encontrar los hábitos adecuados para ti. Pero si sigues estos consejos y trabajas continuamente en tu higiene del sueño, notarás los beneficios en forma de noches de descanso y mayor energía durante el día. Dedique tiempo a escucharse a sí mismo y a su cuerpo y desarrolle los hábitos de sueño que más le convengan. Te mereces dormir bien y empezar el día lleno de energía!
Escrito por el fundador de Skindividual
David Togni